
No pierdas de vista tu filiación divina. Dios es Padre de todas las criaturas y vive en cada uno de sus hijos. Todas las criaturas son hermanas. Las diferencias raciales y religiosas son apenas pretextos superficiales. Mira a todos como templos vivos de la Divinidad y ama a Dios a través del amor a las criaturas, procurando servirlo, sirviendo a tu prójimo con amor y dedicación.




